
USO DESMEDIDO DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y DE LAS HERRAMIENTAS TECNOLÓGICAS-
-CONSECUENCIAS-
Por: Franklin Ledezma Candanedo,
Periodista del Corinto Bolivariano: Panamá (**)
Al final de cada entrega periodísticas del suscrito, como llamado de
alerta, aseguramos que la falta de acción colectiva por parte de
grupos humanos organizados, impide combatir y eliminar graves
problemas que afectan a todos, y que esto se da porque la sociedad
entera vive al margen de la realidad, ya que es víctima robotizada de
la adictiva inteligencia artificial.
Esa afirmación escrita como alerta temprana, está confirmada por Rob
Riemen reconocido escritor, ensayista y humanista holandés, mediante
análisis para tiempos de pantallas e inteligencia artificial. En la
sección pantallas, adicción y manipulación, sin que sea tecnófobo,
advierte sobre el uso desmedido de las herramientas tecnológicas.
Con relación al pensamiento de Riemen, aclara: “Lo que denuncia no es
la herramienta, sino el modo en que la tecnología moldea la atención,
la emoción y el deseo. Las pantallas y redes sociales ofrecen un flujo
constante de estímulos que impiden la introspección, la lentitud y el
silencio —condiciones necesarias para aprender a pensar” (*).
Recalca lo que Riemen enfatiza: “El alma necesita silencio para poder
desarrollarse. Y si la gente vive sin silencio, nunca encontrarán el
camino hacia ellos mismos”.
“Ya sabemos que las pantallas actúan como la droga, lo sabemos, pero
seguimos drogándonos” (Ethic, 2024).
“El alma necesita silencio para poder desarrollarse. Y si la gente
vive sin silencio, nunca encontrarán el camino hacia ellos mismos”.
Esta reflexión se amplía hoy con la irrupción de la inteligencia
artificial. Los algoritmos no solo predicen nuestras elecciones:
también pueden formarlas. En la escuela, el riesgo no es que los
alumnos usen IA para hacer tareas, sino que dejen de pensar por sí
mismos, delegando su juicio en sistemas automáticos.
El reto educativo, desde la mirada de Riemen, es enseñar a los jóvenes
a usar la tecnología sin perder la humanidad, a distinguir entre
conocimiento y simple información, entre inteligencia artificial y
sabiduría real. “El hombre-masa ya no necesita pensar. Solo necesita
consumir. Y la cultura se convierte en entretenimiento” (Nobleza de
espíritu, 2009).
Riemen observa que la sociedad contemporánea fomenta el aislamiento y
la manipulación, una “estupidez organizada” que nos hace olvidar los
valores fundamentales. En su obra Para combatir esta era, analiza cómo
el individualismo extremo debilita la comunidad y destruye la vida
interior.
Esta reflexión se amplía hoy con la irrupción de la inteligencia
artificial. Los algoritmos no sólo predicen nuestras elecciones:
también pueden formarlas. En la escuela, el riesgo no es que los
alumnos usen IA para hacer tareas, sino que dejen de pensar por sí
mismos, delegando su juicio en sistemas automáticos.
El reto educativo, desde la mirada de Riemen, es enseñar a los jóvenes
(y a la sociedad global, aseguramos), a usar la tecnología sin perder
la humanidad, a distinguir entre conocimiento y simple información,
entre inteligencia artificial y sabiduría real.
“El hombre-masa ya no necesita pensar. Solo necesita consumir. Y la
cultura se convierte en entretenimiento” (Nobleza de espíritu, 2009).
Crédito: (*) Francisco Rey Alamillo (ICSH) en redrain.
(**) Columnista de opinión, agroambiental y turístico, promotor del
desarrollo sostenible, defensor de la madre tierra, del ambiente y de
todas las especies, en peligro real de extinción irreversible por
diversos factores negativos, entre otros, la falta de acción colectiva
en el plano nacional